La precariedad somete y somatiza, reprime y succiona la energía vital de los cuerpos construyendo el inconsciente.
Nos entrenamos y nos entrenan para comportarnos de determinada manera, aprendemos a contenernos, repetimos actos, posturas, gestos, movimientos. El marco de las relaciones laborales se flexibiliza y el ritmo se acelera afectando la manera en que experimentamos el tiempo y practicamos el cuidado…
“El organismo no es en modo alguno el cuerpo, el CsO [Cuerpo sin Órganos], sino un estrato en el CsO, es decir, un fenómeno de acumulación, de coagulación, de sedimentación que le impone formas, funciones, uniones, organizaciones dominantes y jerarquizadas, transcendencias organizadas para extraer de él un trabajo útil.”
“Deshacer el organismo nunca ha sido matarse, sino abrir el cuerpo a conexiones que suponen todo un agenciamiento, circuitos, conjunciones, niveles y umbrales, pasos y distribuciones de intensidad, territorios y desterritorializaciones medidas a la manera de un agrimensor.”
Gilles Deleuze y Félix Guattari
Propongo encontrarnos en el mismo lugar y al mismo tiempo. Partir desde el cuerpo que habita el espacio dominado, cuerpo entrenado y cosificado tanto en las relaciones laborales como afectivas. Caminar dibujando un mapa alterable, abierto a experimentar sobre lo real. Imaginar ritmos y escribir partituras a través de ejercicios de consciencia corporal, inspirados por la escucha atenta de Pauline Oliveros, la gimnasia Noguchi Taiso, y la práctica de Butoh de Jeannie Donald-McKim, Toshiharu Kasai y Adam Koan.
Me gustaría intentar comprender y transformar, resonar y sintonizar, afectar y ser afectades, explorar y exponer nuestros límites y vulnerabilidades, escuchar, oler, tocar, desarrollar la visión periférica, no-direccional. Acercarnos, desbordarnos, sobrepasar la distancia con la memoria, el inconsciente y el mundo en que nos desenvolvemos. Oponernos al cuerpo como herramienta, liberarnos de nuestra domesticación, desaprender los movimientos aceptados, explorar los impulsos restringidos, observar la fragilidad compartida de los cuerpos y su tendencia a caer, ralentizar y disolvernos, ser metamorfosis que no metáfora.
¿Cómo desafiar los marcos que contienen, vehiculan, detenerminan y limitan nuestra experiencia y las posibilidades de reconocimiento? ¿Cómo construir espacios donde conectar, cuidar y comprender colectivamente? ¿Cómo encarnar el conocimiento reprimido?