devenir gremio, de nuevo…

Gremio de gastronomía, junto a Natalia Carminati, Carolina Zerpa y Laura Torres Gandía. Becas de investigación y experimentación, Santa Mónica 2021-2022, Barcelona.

Llegamos y fuimos Mónicas, cuatro Mónicas del gremio de gastronomía, cuatro como las patas de la mesa y los estómagos de la vaca. Mónicas del gremio del transformar y alimentar, de lo que huele y se saborea, de los cuidados, de lo cotidiano, de lo que pasa cada día y sostiene todo lo demás.

Equipadas con ollas, placas y cuchillos, hemos sido conscientes de lo visible de nuestra presencia, de como ocupamos y desocupamos espacios, de lo colorido de los hules, el frutero y el archivo vivo, de los utensilios y bayetas que desaparecen, de la participación de las otras Mónicas en nuestras propuestas, que siempre han encontrado tiempo para nosotras y las cosas del comer, también de la alegría que nos da cuando personas del barrio vienen a compartir sus sabores y saberes por primera vez al Santa Mónica. Como parte de nuestra práctica hemos desafiado la supremacía de lo visual sobre el resto de los sentidos, reivindicando el gusto, tacto, oído, olfato, el umami de los registros sonoros y las condiciones atmosféricas, hemos reivindicado así también todo lo que pasa en el “entre”, todo lo que no se ve, como la acción de los microorganismos, la historia y significados que acompañan a un nombre y a un lugar o el intenso olor a podrido que han puesto de manifiesto la tensión en el uso de espacios como la sala BAR. Queremos nombrar también lo invisible del trabajo de pensar y repensar las propuestas que desarrollamos y las dinámicas de grupo que las sostienen y lo inevitable de fermentarnos, compostar y bajar la basura a los contenedores al acabar.

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We arrived and we were Mónicas, four Mónicas of the gastronomy guild, four like the legs of the table and the stomachs of the cow. Mónicas of the guild of transforming and feeding, of what we smell and taste, of care, of the everyday, of what happens every day and sustains everything else.

Equipped with pots, plates and knives, we have been conscious of the visibility of our presence, of how we occupy and empty spaces, of the colorfulness of the oilcloths, the fruit bowl and the living archive, of the utensils and cloths that disappear, of the participation of the other Mónicas in our proposals, who have always found time for us and the things of eating, and also of the joy we feel when people from the neighborhood come to share their flavors and knowledge for the first time at Santa Monica. As part of our practice we have challenged the supremacy of the visual over the rest of the senses, claiming taste, touch, hearing, smell, the umami of the sound recordings and atmospheric conditions, we have also claimed everything that happens in the «in between», everything that is not seen, such as the action of microorganisms, the history and meanings that accompany a name and a place or the intense smell of rottenness that have evidenced the tension in the use of spaces such as the BAR room. We also want to name the invisible work of thinking and rethinking the proposals we develop and the group dynamics that sustain them and the inevitability of fermenting, composting and taking the garbage to the containers at the end.

La cuina ambulante, en colaboración con Empatravas, Kantina Migrante y el Bar Restaurant Casa Bella, 2022-23 Santa Mónica, Bacelona

fermento de Mónica, parte de Maneras de no ver una exposición, Santa Mónica, Barcelona

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